SANTIAGO, Chile.- Con una economía ralentizada y una inflación superior al 7 %, la reactivación pospandémica y la espiral alcista de los precios serán las principales trabas económicas que enfrentará a partir de este viernes el próximo presidente de Chile, Gabriel Boric.

El exlíder estudiantil cogerá las riendas de una economía que cayó un 5,8 % en 2020 -su mayor batacazo en cuatro décadas- y que se recuperó más rápido de lo previsto el año pasado, con una expansión récord cercana al 12 %.

La contraparte de la fulgurante recuperación es una inflación disparada: el índice de precios al consumo (IPC) cerró 2021 en el 7,2 %, el más alto en 14 años.

«El gran dolor de cabeza de Boric va a ser reactivar la economía con una mirada sostenible y en un escenario de estanflación (estancamiento de la economía con inflación)», dijo a Efe Ana María Vallina, de la Universidad Católica de Valparaíso.

¿Y LA GUERRA EN UCRANIA?

Tras anotarse en 2021 su mayor crecimiento histórico, la economía chilena empieza a dar señales de enfriamiento: en enero se expandió un 9 % interanual, casi dos puntos menos de lo previsto, y registró su segunda caída intermensual consecutiva (-1 %).

Para este año, el Banco Central espera una expansión de entre el 1,5 % y el 2,5 %, mientras que para 2023 la proyección es de entre el 0 % y el 1 %.

«Hay que considerar que todo el crecimiento económico de 2021 es más bien recuperación para llegar a niveles antes de la pandemia que crecimiento real», puntualizó Vallina.

A la ralentización, hay que sumarle la inédita inflación provocada por las ayudas entregadas por el Gobierno para paliar el impacto de la pandemia y los tres retiros anticipados de los fondos de pensiones aprobados por el Parlamento para hacer frente a la crisis, que totalizan más de 50.000 millones de dólares.

«No ha ocurrido solo en Chile. La inflación en todo el mundo es el gran problema luego de los ingentes recursos fiscales que han recibido las economías», explicó a Efe Francisco Castañeda, de la Universidad Mayor.

Con el objetivo de enfrentar la inflación, el emisor decidió a finales de enero subir la tasa de interés referencial del 4 % al 5,5 %, su mayor nivel desde 2011 y el movimiento más importante desde que existe la denominada tasa de política monetaria (TPM) nominal en 2001.

Para Castañeda, el control de la inflación «debe coordinarse con el Banco Central para que no se produzca una exacerbación de las tasas de interés», que pueda repercutir a largo plazo en la inversión.

Las previsiones para este año no son nada alentadoras, «lo que va a obligar al Gobierno entrante a ser muy cauteloso con sus políticas de gasto público», indicó por su parte a Efe José Valenzuela, de la Universidad Estatal de O’Higgins.

Los expertos coinciden en que la guerra en Ucrania va a complicar aún más el escenario, debido a la dependencia de Chile de las importaciones de materias básicas como petróleo y trigo.

Según Castañeda, la inflación podría alcanzar este año el 7 %, casi un punto y medio más de lo que se preveía antes del conflicto.

MARCEL, UN BÁLSAMO PARA LOS EMPRESARIOS

La alianza de Boric con el Partido Comunista despertó en la conservadora élite empresarial chilena una ristra de críticas, pero el exlíder estudiantil trató de revertir esos temores y «dio señales correctas al mercado», como el nombramiento en Hacienda de Mario Marcel, indicó Valenzuela.

«La elección de Marcel evidencia que las políticas gubernamentales que se tomen desde marzo en adelante serán paulatinas y mesuradas, cuidando el entorno de negocios de nuestro país», agregó.

Independiente pero cercano al socialismo, Marcel fue presidente del Banco Central en el periodo 2016-2022 y durante años ocupó diversos puestos en el mismo Ministerio de Hacienda, como el de director de Presupuestos.

«El nombramiento de Marcel da seguridad en todos los ámbitos porque tiene una mirada amplia que le permite llegar a soluciones ingeniosas con una gran fortaleza técnica y, además, conoce muy bien la Dirección de Presupuestos», apuntó por su parte Vallina.

Defensor del proceso constituyente en el que está inmerso Chile y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990), Boric quiere un modelo del bienestar similar al europeo.

Para conseguirlo, el aún diputado por Magallanes aboga por un nuevo sistema de pensiones que reemplace al actual, de capitalización individual, y una ambiciosa reforma tributaria para recaudar hasta el 5 % del PIB.

«La inversión extranjera va a seguir llegando porque han visto que en Chile los problemas se resuelven de forma democrática, como ha ocurrido con la convención constituyente», agregó la académica de Valparaíso. EFE