Juan Eduardo Thomas
Santo Domingo


Hoy se cumplen 50 años de la salida al destierro de Francisco Alberto Caamaño Deñó, líder militar de la Guerra de Abril de 1965 por el restablecimiento del gobierno democrático del profesor Juan Bosch.

Caamaño fue enviado a Londres como agregado militar por el presidente Héctor García Godoy, por presiones de los Estados Unidos para alejarlo a él y los militares contrarios a la intervención estadounidense de 1965.

El viaje de Caamaño tiene importancia capital porque fue allí donde decidió volar a Cuba a recibir entrenamiento militar en guerrillas, para luego, en 1973, desembarcar en República Dominicana a través de Playa Caracoles, en Azua, al sur de la capital dominicana.

“Instalado en Londres, Caamaño tomó distancia de los accidentados hechos en los cuales había sido primerísimo protagonista. Incubó un sentimiento apasionado de animadversión hacia los gobernantes de Washington, a quienes culpaba de los males seculares del país”, cuenta Roberto Cassá en el segundo tomo de su libro Personajes Dominicanos.

Hoy se celebrará una misa en la Catedral Primada de América para recordar la salida al destierro del “Coronel de Abril”, asesinado en su intento de comenzar una revuelta militar desde las montañas del país.

Su prima Fellita Caamaño cuenta para este diario parte de aquellos días: partieron desde Santo Domingo a San Juan, donde le esperaba un grupo de dominicanos.

“Cantaron el himno tan pronto el coronel descendió del avión”, de ahí en adelante todo fue unión con el pueblo dominicano en el exterior.

Desde ahí viajaron a Nueva York donde la escena de los dominicanos esperándole se repitió, cuenta Fellita. Desde ahí hasta Londres, donde según el historiador Cassá se radicalizó a la izquierda al aceptar experiencias que habían conducido a la instauración de regímenes socialistas en países del tercer mundo.

Caamaño habría establecido vínculos diplomáticos confidenciales con Cuba, de modo que por instrucción de Fidel Castro le ofrecieron ayuda para sus planes revolucionarios.

“Caamaño identificó al jefe de la Revolución cubana con el modelo a seguir”, cuenta el historiador en su texto.

Los planes del coronel dominicano se concretizaron con su desembarcó en Playa de Caracoles, al mando de una insurrección armada que buscaba sacar del poder al régimen de Joaquín Balaguer, señalado por Caamaño como una continuación de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

De esa expedición solo queda con vida Claudio Caamaño, debido al fallecimiento esta semana de Hamlet Hermann, a causa de un infarto al corazón.